Elegir la música adecuada para tu negocio puede parecer algo sencillo, pero es una de esas decisiones que, cuando se hace mal, afecta directamente a la experiencia del cliente y a la percepción de tu marca. La ambientación sonora forma parte del ADN de cualquier espacio comercial y cometer errores en este aspecto puede restarle coherencia a tu propuesta. Por eso, hoy te hablamos de algunos de los errores más frecuentes a evitar si quieres que la música se convierta en una verdadera aliada para tu negocio.
Uno de los fallos más comunes es elegir la música que a ti te gusta sin pensar en el cliente. Es normal que sientas afinidad por ciertos estilos o artistas, pero las canciones en un entorno comercial no están para complacer al propietario o a los trabajadores, sino para reforzar la imagen de marca y mejorar la experiencia del público objetivo, de tus clientes. Si bien puede funcionar también para motivar a los empleados, su objetivo principal debe ser acompañar al cliente en su recorrido por el espacio y conectar emocionalmente con él. La clave está en preguntarse: ¿qué quiero que sienta mi cliente al entrar aquí?
Si tienes varios puntos de venta, no solo deberás tener una buena selección para cada espacio, sino que es importante que unifiques la música en todos aquellos que están bajo tu nombre. Esto no significa que todos deban llevar exactamente la misma música, significa que deberán tener una misma base reconocible; el cliente debe reconocer tu estilo y tu ambiente, esté en la tienda de una gran ciudad o en un pequeño local de costa. A partir de ese estilo musical común, después se añadirán particularidades que se adapten a la atmósfera de cada espacio.
Muchas veces también se pasa por alto el momento del día. No es lo mismo la mañana que la tarde o el cierre. El flujo de gente, el ánimo general y el tipo de actividad que se realiza en el local pueden variar, y la música debería adaptarse a esos cambios. Programar diferentes ambientes sonoros según la hora del día es una forma sutil pero poderosa de conectar con el cliente en cada fase de su experiencia.
Otro error habitual es no contar con una instalación de sonido adecuada. Esto no solo implica utilizar equipos de buena calidad, sino también distribuir correctamente los altavoces o adaptar la potencia al espacio. A veces se cae en la tentación de instalar un sistema más potente de lo necesario, lo que no solo es un gasto inútil, sino que puede resultar molesto. Por el contrario, una mala instalación puede traducirse en un sonido deficiente y poco envolvente, que reste valor a la experiencia del cliente. El sonido debe sentirse, no imponerse.
El volumen es otro factor crítico. No hay un nivel ideal universal: depende completamente del tipo de negocio, del momento del día y del perfil del cliente. En una tienda de moda joven, una música algo más alta puede generar una atmósfera mucho más dinámica. En una cafetería tranquila o en una tienda de lujo, el volumen debería ser más bajo y discreto. El error está en no adaptarse y en asumir que más alto siempre es mejor, cuando en realidad un volumen inadecuado puede ser lo que haga que un cliente entre o decida marcharse.
Por último, no podemos olvidar las restricciones legales. Ignorar los derechos de autor o no tener las licencias necesarias para reproducir música en un espacio comercial puede derivar en sanciones económicas. Es importante asegurarse de cumplir con la normativa y utilizar servicios que ofrezcan música legal para entornos públicos.La música puede ser un recurso increíblemente valioso para tu negocio, pero solo si se utiliza con estrategia, sensibilidad y conocimiento. Evitar estos errores es solo el primer paso. Para lograr una ambientación sonora realmente efectiva y alineada con tu marca, lo más recomendable es contar con profesionales especializados, capaces de diseñar una experiencia musical a medida. En Ibiza Songs, nuestros curadores musicales se encargan de seleccionar cada canción con intención, adaptándola al público, al espacio y a los valores de tu marca. Y el resto del equipo se ocupa de todos los aspectos técnicos, legales y operativos para que tú no tengas que preocuparte por nada. Porque al final, no se trata solo de poner música, sino de crear atmósferas que conecten con tus clientes y refuercen tu identidad. Y ahí es donde entra el verdadero valor de dejarlo en manos expertas.